Programas de Prevención

La actividad sexual fuera del matrimonio se ha hecho sentir en algunos programas de prevención del VIH/SIDA. En los mensajes se ha insistido en la abstinencia sexual de los jóvenes y en la monogamia de las parejas casadas o parejas estables en los que conviven como protección, y el uso correcto del preservativo se menciona poco o nada.

El uso adecuado del preservativo puede en forma muy amplia reducir el riesgo de transmisión del VIH y de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Con los miles de Chilenos que actualmente viven con VIH, y la mayoría de las infecciones que se transmiten sexualmente, la promoción del preservativo es un elemento crucial en cualquier estrategia de salud pública.

Las adolescentes son las que corren mayor riesgo de adquirir el VIH, es necesario desarrollar programas a una edad escolar apropiada. También es necesario hacer intervenciones que promuevan el hacerse el examen de detección del VIH (Test de Elisa), al mismo tiempo que ofrezcan servicios de apoyo psicológico adecuados a ambos miembros de la pareja.

"Nunca se ha demostrado que la retención de información previene o desalienta la actividad sexual de los jóvenes, eso sólo sirve para que la actividad sexual resulte más peligrosa".

Los programas efectivos dirigidos a los hombres dan como resultado una mayor protección de la mujer. El hacer atractivo el uso del preservativo mediante la publicidad ha sido muy exitoso en varios países del mundo y se ha visto que las campañas para promover su uso y que han sido dirigidas a los hombres de manera positiva para proteger a la familia, pueden beneficiar también a la mujer.

Los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad y debe hacerse todo lo que esté a nuestro alcance para poder salvar sus vidas. La educación en las escuelas iniciada a temprana edad y que se repite durante la adolescencia es un elemento crucial. La educación no solo deberá dar información sobre la transmisión del VIH/ITS, sino que deberá incluir información sobre como usar el preservativo, la creación de ciertas habilidades que ayuden a los adolescentes a posponer el comienzo de la actividad sexual y también ofrecer información sensible acerca de la homosexualidad, lesbianismo, el uso de las drogas y el alcohol.
La gente joven debería recibir dos mensajes: uno promoviendo la abstinencia y atrasar la actividad sexual, el otro advirtiéndoles los peligros que traen las conductas de alto riesgo y enseñarles a protegerse a si mismos. Estos mensajes no son contradictorios, pero si complejos. "No beba, y si bebe, no conduzca" es un mensaje de complejidad similar que ha salvado muchas vidas.

Cada año habrán nuevos jóvenes que no han estado expuestos a campañas de prevención de años anteriores, es por esto que la prevención del VIH deberá ser dinámica y continua.

Los mensajes y servicios de prevención del SIDA dirigidos a jóvenes no se hacen para "condenar" o "promover" la sexualidad, sino que como un acto de responsabilidad frente a una grave amenaza en el área de salud. Si no actuamos pronto, podríamos perder una nueva generación afectada.

La epidemia de SIDA afecta de manera claramente diferente a quienes tienen medios económicos y a quienes dependen de los recursos que el estado asigne. La única vía de acceso a la información, para miles de personas sin recursos depende de lo que el estado realice en materia de prevención. De lo expuesto surge, por un lado, que el error en la asignación de recursos se convierte en un impedimento para que muchas personas puedan tratarse adecuadamente, por otro lado, debido a la ausencia de programas gubernamentales de prevención, haya quienes contraen una infección hasta hoy incurable, pero evitable.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, puede afirmarse que las campañas de prevención son efectivas pero en forma transitoria, por lo que "todo esfuerzo comunicacional serio debe ser persistente en el tiempo". La inversión publicitaria en productos como bebidas u hojas de afeitar, entre otras, es una muestra de como se debe proceder, si se quiere imponer un mensaje y mantenerlo.

Los esfuerzos para reducir a su mínima expresión el crecimiento de la epidemia tienen impacto no solo sobre las persons sanas, sino sobre las decenas de miles de personas que viven con el VIH y no conocen su situación.

La falta de políticas definidas configura una gravísima falencia cuyas consecuencias pagan los sectores mas débiles de la sociedad. Los jóvenes, las mujeres, los pobres y excluidos del sistema, continúan aceleradamente nutriendo las estadísticas del SIDA.

En el año de la XIª Conferencia Internacional de SIDA desarrollada en Vancouver, siguen vigentes las palabras de Michael Merson al inaugurar la Conferencia de Yokohama:

« .... Mas de 6.000 personas adquieren el VIH cada día... Cuan grande debe ser este número antes de que tomemos a la pandemia seriamente e invirtamos los recursos necesarios?, ¿Cuánto debe sufrir la gente que vive con el VIH hasta que el mundo reconozca que esta es una enfermedad viral, no un juicio moral?, ¿Cuánto tendrán que esperar las mujeres para tener un status igual al del hombre?, ¿Cuánto tiempo toleraremos un mundo en el cual solamente los afortunados obtienen cuidados médicos?, ¿Cuántos jóvenes tendrán que morir por ignorancia antes de que dejemos de creer que los jóvenes no tienen sexo?».

Podemos pues preguntarnos: ¿Cuántos tendrán que adquirir el VIH para que se aborden las tareas de prevención imprescindibles?, ¿Cuántas muertes evitables serán necesarias para que se destinen los recursos necesarios a los programas de SIDA, a nivel nacional, provincial y municipal?.


Agrupación de Personas, Amigos y Familiares que viven y/o trabajan con el vihsida en Chile



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Jueves, 17 Marzo, 2022
Última modificación: Marzo 2022
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